Paredes de madera

La madera es uno de los principales materiales que nos ayudan a conseguir ese estilo nórdico que tanto nos gusta. Si bien, siempre hablamos de incorporar pequeños elementos de este material o muebles más grandes como una mesa o cabecero, hoy cubrimos la pared entera de madera. Como iréis viendo, a priori parece que este tipo de pared solo es apta para dormitorios o salones, pero ya veréis que no es así.

La opción más económica y que podremos hacer nosotros mismos es empapelar la pared en cuestión con cualquiera de los múltiples tipos de papel pintado que imitan a la madera y que podréis encontrar en Leroy Merlín por ejemplo.

En las viviendas que buscan conseguir el estilo nórdico, en múltiples ocasiones recurren al uso de la madera para aportar calidez…

Tal y como estáis viendo las opciones y los tipos de patrones son muy variados. Podemos disponer las maderas tanto vertical como horizontalmente y podemos optar por elegir maderas en un único color o combinar «tablones» de distintos colores. Esta última opción me parece muy divertida, aunque es probable que nos cansemos antes de ella.

Como ya os adelantaba, las paredes de madera no son exclusivas de los dormitorios y salones, y si no me creéis mirad que cocina tan bonita con el revestimiento de madera en blanco. Si optamos por este tipo de decoración para la cocina, es muy importante que usemos estanterías abiertas (ya os hablé de ellas aquí) para no tapar el revestimiento que con tanto amor hemos colocado. En el caso de la cocina, os recomendaría no optar por el papel pintado ya que nos será más difícil de limpiar, aunque existen papeles todoterreno que sí se podrían poner en zonas más de batalla como es la cocina.

El principal motivo por el que me gusta este tipo de revestimiento es que aporta naturalidad. Si lo combinamos con plantas, alfombras de fibras naturales, conseguiremos una estancia de lo más acogedora.

• Consejo: Si quieres poner este tipo de pared en una habitación muy pequeña, lo mejor será que optes por ponerla solo en una de las cuatro paredes. En el caso de un dormitorio, la ideal sería la pared del cabecero y en el caso del salón, la pared del sofá. No cubras las cuatro paredes, o conseguirás que la habitación se vea más pequeña de lo que es.